Tag Archive | renovación

Una vida sin órganos

democracia griega

En pleno siglo XXI vivimos pendientes de todo tipo de nuevos avances, médicos, tecnológicos, biomecánicos, nanotecnológicos, y un sin fin de nuevas disciplinas nacidas al calor de la ciencia y el progreso, pero por mucho que nos empeñemos, de momento, los seres humanos no podemos vivir sin órganos.

Algo parecido pasa en política, que por muy moderna, innovadora y aparentemente renovada que se quiera mostrar una organización, sin los órganos correspondientes a la propia estructura interna del partido, éste no puede sobrevivir. Aun así, hay algunos que pretenden intentarlo, y como no me gusta hablar de casas ajenas (que cada uno tiene lo suyo) hablo de la mía propia, de sus carencias y necesidades, y de por supuesto de cómo, bajo mi perspectiva, podría y debería mejorar si pretende ese objetivo perseguido por todos como es la renovación política.

Aquí nos encontramos, a falta de poco más de un mes para unas elecciones generales, y el Partido Aragonés patas arriba, con un Congreso vivido en junio en el que por un lado unas pocas voces reflexivas planteábamos la necesidad de un cambio renovador real, desde la base de las ideas, el consenso, el dialogo y sobre todo desde el más absoluto respeto a los órganos y por otro lado los más, conformes con un sistema cuasi presidencialista que otorgaba más peso a menos personas del partido y que salvo contadas circunstancias (como la concurrencia a unas elecciones en coalición) se dejaba a la interpretación del presidente y sus elegidos.

Así pues, junio, congreso del Partido Aragonés, supuestamente el congreso de la renovación y con un mandato estatutario, es decir la Ley fundamental que rige las normas del partido: constituir los nuevos órganos. 90 días después y tras varios «apaños» institucionales bastante defectuosos llegamos a la obligatoria constitución de los órganos. Ejecutiva, foto, calendario y nota de prensa después, nos encontramos en noviembre, sin órganos constituidos, ni se les espera, y una supuesta decisión de coalición electoral para concurrir a las elecciones generales con la supuesta promesa de, unos cuantos senadores para Madrid y a vivir que son dos días. Y todo esto sin órganos.

Y claro, yo que me creo esto de la democracia, e incluso lo de democracia interna, no entiendo un partido que verbalice su renovación en base a la calidad democrática de sus decisiones, porque estas decisiones se demuestran actuando, no en pomposas representaciones rodeados de nuestros seguidores. Las decisiones que afectan a todos deben ser tomadas por todos, o por lo menos por aquellos instrumentos con los que nos hemos dotado para encauzar la participación política interna del partido.

Y es que, si exigimos un respeto a las instituciones por el valor intrínseco que tienen para poder desarrollar el sistema democrático, debemos exigir ese mismo respeto por los órganos internos de los partidos. A todos se nos llena el discurso de argumentos cuando vemos a políticos catalanes saltarse la constitución o las leyes que rigen el funcionamiento de determinadas instituciones, pero callamos al ver cómo, eso mismo, pasa dentro de nuestras propias instituciones, de nuestros partidos políticos, y es que, si uno no se lo cree en su foro interno difícilmente lo va a poner en práctica cuando le toque.

No seré yo quien juzgue la conveniencia o no de que el Partido Aragonés vaya en coalición con otro partido político, ya que para eso, deberían estar los órganos. Tampoco seré yo quien critique que la decisión se reduce a menos personas del partido, ya que, como digo, respeto la decisión de los órganos, y en este caso, muchos compromisarios aceptaron que esto fuera así en el máximo órgano del PAR, como fue su Congreso Nacional. Pero sí que me gustaría recordar, como reflexión personal, el título de un articulo de opinión que tuve la suerte de ver publicado en Heraldo de Aragón el 6 de septiembre de 2011 con motivo de la reforma exprés de la Constitución española «La democracia no se vende«. Del mismo modo que la democracia, un partido político tampoco se vende.

Y por si esto no fuera poco, de todo este proceso interno del Partido Aragonés y de la situación coyuntural actual que estamos viviendo en Aragón el gran perjudicado es, el aragonesismo. Vamos a abordar unas nuevas elecciones generales pensando, nuevamente, que en los centros de decisión política de los partidos estatales, Aragón va a estar presente, y lo siento, aragoneses y aragonesas, me temo que ni a un gallego, catalán, canario o vasco, Aragón le importa tanto como su propia tierra, y por supuesto a los representantes políticos de Aragón de los partidos estatales, anclados en su sistema de disciplina parlamentaria, me temo que no les va a temblar el pulso para votar en contra de los intereses de su tierra, Aragón.

El sentimiento aragonesista está dormido, tal vez sedado y cada vez cobra más fuerza aquella frase del gran José Antonio Labordeta «de un tiempo a esta parte, vamos camino de nada» y aquí toca hacer una profunda reflexión individual, ¿qué Aragón político queremos? y por extensión ¿qué vamos a pedir a los partidos políticos aragonesistas para que hagan realidad ese gran sueño económico, social y político llamado Aragón?

bandera aragon

 

El fracaso del ego

ego-einstein

 

Tras las elecciones del 24 de mayo todos debemos reflexionar sobre los resultados, sobre el definitivo auge de partidos emergentes en detrimento de las viejas estructuras políticas, pero especialmente debemos reflexionar los y las militantes del partido aragonés ante el nuevo escenario que se plantea.

Debemos pensar por qué los y las aragonesas han rechazado al aragonesismo y por qué han confiado en partidos neocentralistas que lo único que prometen son planteamientos que chocan con la esencia de Aragón.

En mi reflexión personal creo que este rechazo ha sido consecuencia de un modelo político obsoleto, que no ha sabido adaptarse a la realidad social y política aragonesa cambiante, que se ha empeñado en profundizar en los errores pasados en lugar de llevar a cabo la renovación y regeneración necesaria, no solo de personas sino también de ideas y de formas de gestión.

Y aquí, el PAR, tiene mucho que plantearse. Durante los últimos años se ha gestionado encerrado en su dinámica interna, en su ego y se ha alejado de la opinión política generalizada. El PAR, aun manteniendo una representación aceptable en el parlamento, solo ha perdido un diputado de 7, ha caído en casi 17.000 votos, lo que supone poco menos del 27% de los votos conseguidos en 2011 que ya de por si eran bajos.

Otro aspecto fundamental dentro de la dinámica del Partido Aragonés es que se ha perdido la centralidad estratégica es decir, los 6 diputados no suman con nadie, por tanto no sirven para el esquema tradicional de la actual dirección de conformar gobiernos, y aquí nos toca realizar la profunda reflexión aplazada de que el Partido Aragonés debe tener estructura y crecer al margen de los puestos de gobierno.

Llegados a este punto de nuestra reflexión debemos tener en cuenta que este momento de crisis no puede achacarse al Partido Aragonés, no. Seguimos siendo el tercer partido con mayor implantación territorial, tercero en candidaturas, concejales y alcaldes. Por tanto las bases del PAR no han fallado. Quien ha fallado ha sido la dirección del partido, planteando este proyecto como un proyecto personal, individual, egocéntrico y fanático con sus creencias.

Eso es lo que ha lastrado al Partido Aragonés, que no se hayan respetado las ideas y la ideología del partido, que se hayan secuestrado y monopolizado las propuestas y que no se haya escuchado las voces plurales del partido que anticipaban que algo se estaba haciendo mal.

Y este detalle, contar con la participación de todos los miembros del partido aragonés es esencial. Ya, el derecho romano decía “lo que a todos afecta, debe ser tratado y aprobado por todos”. Se ha privado de trabajar a personas que siendo aragonesistas y del PAR creen en otra forma de gestión.

Se ha impedido hacer candidaturas a personas que aman el aragonesismo, no se ha contado con personas excepcionales por el mero hecho de no comulgar con ruedas de molino, por pensar de manera diferente, por opinar.

El conjunto de la militancia del Partido Aragonés debe ser consciente que estamos pasando por un momento clave, crucial, vital. Es el momento para que la militancia se torne protagonista, que los concejales, alcaldes y cargos orgánicos, comarcales y municipales, lideren un cambio hacia mayor pluralidad y respeto a las opiniones. De volver a creer en un aragonesismo reinvindicativo, de conquistar la ilusión de construir nuestro futuro y nuestro Aragón.

De abrir el partido a la sociedad con lo que somos, sin embustes, engaños ni discursos demagógicos. Somos el Partido Aragonés, defendemos Aragón y el aragonesismo; la autonomía hasta las mayores cuotas posibles, defendemos la descentralización administrativa y la cobertura de servicios en el medio rural a través de las comarcas, defendemos los municipios, pueblos y localidades como eje principal de nuestro desarrollo y nuestra sociedad, pedimos una financiación justa que pueda sufragar los servicios esenciales de nuestra población envejecida y de nuestro territorio despoblado, defendemos nuestros recursos y exigimos las inversiones necesarias, y sobre todo defendemos nuestra identidad histórica, política y cultural como pueblo, que nos hace diferentes al resto de territorios y autonomías.

El modelo egocéntrico implantado por la dirección de nuestro partido, no es el camino; a la militancia y al aragonesismo en general, nos toca tomar decisiones sobre el futuro que queremos seguir, sobre si aprenderemos de nuestros errores y actuamos o permitimos que sigan transformando los valores políticos aragoneses y aragonesistas  formados con el paso de los siglos.

Las crisis surgen porque lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer. Para superar esta crisis del partido aragonés y del aragonesismo debemos afrontar unidos el cambio, superar el vértigo que nos produce la vulnerabilidad y enfrentarnos al miedo que nos provoca de cara, con plenas garantías de que los aragoneses sabremos dar respuestas a los problemas presentes y futuros sin esperar que nadie ajeno a nuestra realidad nos los resuelva.

Sólo desde la unidad real y la autocrítica profunda se podrá avanzar y construir el futuro del PAR, de lo contrario, si se mantiene el rumbo seguido hasta ahora, tal vez no merezca la pena luchar y si alguien lo hace, que lo haga solo, con la larga sombra de su ego.

El momento de la verdad

image

En marketing, el momento de la verdad, es el preciso instante donde la organización toma contacto directo con el cliente, es decir, ese momento donde toda la publicidad, producción, organización y buena hacer de la empresa se somete a valoración y dónde el cliente forma su juicio en relación a la marca o la empresa. En política, el momento de la verdad se parece pero tiene alguna diferencia.
Se parece porque igualmente te sometes al juicio y decisión, pero no del cliente sino del electorado y de la sociedad en general. De la misma forma todo el trabajo del equipo que ha acompañado a ese momento es evaluado, y se mide en función de ese contacto directo, por tanto la responsabilidad es máxima, más a más cuando solo hay una posibilidad de tener una primera impresión.
Por eso, el momento de la verdad en política es un instante único en el tiempo, irrepetible, porque aunque se pueda repetir nunca será como esa primera vez nunca será ese instante en el que a fuerza de convicción, emoción y sentimiento decides asumir el reto.
Me presento como candidato de Proyecto Aragonés a las primarias del Partido Aragonés para la Presidencia de Aragón, y me presento con la firme convicción de que somos la alternativa del cambio, de la renovación y la ilusión.
El equipo de proyecto aragonés ha realizado un magnífico trabajo, hemos generado alternativas aragonesistas a la situación actual, hemos sabido leer desde el principio el cambio que la sociedad reclama a los partidos y lo hemos puesto en práctica. Sin lugar a dudas tenemos el mejor proyecto y somos la mejor alternativa de cara a las elecciones del 24 de mayo de 2015.
Contamos con ilusión, fuerza, energía y sentimiento aragonesista. Muchos de nuestros compañeros han realizado un gesto de generosidad y valentía dando un paso a un lado para permitir el paso al frente de la gente más joven, preparada y capaz de asumir el reto de presente y futuro.
No hay renovación sin cambio, como tampoco se puede actualizar el sentimiento aragonesista sin profundizar en sus raíces, en esos momentos donde la ilusión lo inundaba todo, donde el horizonte era incierto y existía un sueño común denominado autonomía plena.
Hoy tenemos el mismo escenario, incertidumbre futura, dudas, centralismo y un sinfín de sentimientos encontrados, por eso desde proyecto aragonés queremos renovar el mensaje del Partido Aragonés sobre la base de la ideología que lo conformó, rendir homenaje a todos esas personas que asumieron su particular momento de la verdad y proyectar el mismo sueño compartido, convertir al PAR en el Partido Aragonés, el partido general de Aragón.

image

Manifestación autonomista en Zaragoza. 23 de abril de 1978.